sábado, 7 de octubre de 2017

¡Respetocracia, por favor!

Héroes: Quienes no dejan de escuchar. Antihéroes: Quienes tapan las bocas.

Lo que está pasando en Cataluña en estos últimos meses nos tiene a todos (no sólo a los catalanes) con el corazón en un puño, especialmente por lo ocurrido en la última semana. Muchos estamos viviendo con angustia este momento que parece habérsele ido de las manos a todo el mundo, y no podemos parar de preguntarnos cómo es posible que no puedan acercarse las posturas ni un milímetro en ningún sentido.

Y eso no sólo pasa en la arena política, sino también en la calle. ¿Cómo es posible que unos vean tan claro que tienen derecho a elegir libremente su destino y a los otros les parezca de cajón que aquí no se mueve un dedo sin estar todos de acuerdo?

Pues voy a tratar de explicarlo, hasta donde pueda:

Cómo lo ven quienes creen que sólo deberían decidir los catalanes


¿Por qué los españoles estamos en Europa? Pues, porque una serie de gente de diferentes lugares, con nuestras historias y nuestras mandangas, hemos decidido juntarnos para ver si haciendo algo más grande nos va un poco mejor. Esa es la esencia.

Ahora imaginemos que Europa empieza a poner normas que a los españoles nos parece que no molan, que nos perjudican, o que no llegan a nuestras aspiraciones colectivas. ¿Qué crees tú que haríamos? Efectivamente, reunirnos y decidir si seguimos en Europa o nos largamos. De hecho, esto es lo que ha hecho el Reino Unido, con el famoso brexit. ¿Y quién tuvo derecho a votar, sólo los británicos o todos los Europeos?

Para muchos catalanes, en este momento, es como si Europa le estuviera diciendo a los españoles: "Mira, que está muy bien que seas español y eso, pero tú lo que eres es europeo porque votaste la constitución europea y la unidad territorial de Europa no se toca."

Teniendo en cuenta que la constitución española tiene casi 40 años, ni siquiera es verdad que la mayoría de los catalanes actuales la hayan votado (en todo caso, fueron sus padres), y lo que no se puede negar es que llevaban años pidiendo que se actualice a la realidad de hoy. Pero, como la respuesta siempre fue "la carta magna no se toca" (igual que la unidad territorial), al final han perdido la esperanza en ese camino para sus aspiraciones colectivas.

Por cierto, que no se toca, pero bien que la dejaron del revés en un aspecto fundamental un 28 de agosto (de vacaciones), cuando el PP y el PSOE se dieron la manita para priorizar la devolución de la deuda frente al gasto social, salvándole el culo los bancos que nos habían estado estafando e iniciando la mayor etapa de recortes sociales de nuestra (presunta) democracia.

Cómo lo ven quienes creen que deberían decidir todos los españoles


Supongamos que ocurriera lo contrario. Imaginemos que España empieza a plantearse que quiere librarse de Las Canarias porque le parece que son un lastre (¡ojo!, no estoy diciendo que lo sean, es sólo para seguir una lógica comparativa; sigue leyendo y lo entenderás). Así que el gobierno convoca un referendum para decidirlo. ¿Quienes tendrían derecho a votar?

La respuesta parece obvia: ¡todos los españoles! ¡A quién se le ocurre que podríamos echar a los Canarios sin preguntarles siquiera! Pero, ¿qué pasaría si, además de Las Canarias, se plantean echar también a Extremadura, Andalucía, Castilla la Mancha, Galicia, Asturias, Castilla y León, etc, etc. etc?

Para muchos españoles, en este momento, es como si una parte de España (Cataluña) estuviera pretendiendo librarse del resto de España porque le parece un lastre (principalmente) económico. Si Cataluña no fuera una de las comunidades que más dinero aporta al Estado, muchos están convencidos de que jamás pedirían la independencia, por muy singulares que se sintieran los catalanes.

Ellos no lo ven como si el hijo se hubiera hecho mayor y hubiera decidido marcharse de casa, sino como si un hermano rico hubiera decidido que a partir de ahora las normas en la cocina y el comedor las pone él.

¿Ha caducado el sistema?


Si las democracias se basan en la imposición de lo que quiera la mayoría sobre lo que quieran las minorías, para mí el sistema debe caducar, aunque durante años nos haya parecido el menos malo de los sistemas.

Llenándose la boca de democracia, el Gobierno de España silencia la voz de más de la mitad de los catalanes, que están pidiendo ser escuchados, y el Govern de Catalunya pretende declarar la independencia dando por supuesto (sin haberlo podido comprobar) que la mitad más grande del país se lo está pidiendo. En todo ello, el respeto ni se menciona.

Cuando alguien se enfrenta a nuestros intereses, tenemos mucha más tendencia a creer que sólo quiere jodernos que a pensar que tal vez necesita cosas diferentes a las nuestras. No sabemos escuchar y no sabemos negociar. Nos hierve la sangre demasiado rápido.

Lo que hagan los políticos depende de un montón de intereses que tú y yo sólo podemos intuir. No espero nada de ellos, pero sí espero algo de nosotros, de ti y de mi. Demos el primer paso fundamental en la calle. Empecemos por escuchar qué quieren las personas y luego pongamos las normas, y no al revés. Respetocracia, Empatíocracia, o lo que quieras llamarle, pero hagamos el esfuerzo de ponernos en la piel del otro. Sólo un rato. De verdad que va a funcionar.


6 comentarios:

  1. Gracias mi amor! Expresas muy bien un remolinos de emociones y pensamientos que yo también tengo

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  2. Gràcies per expresar-te. En podem parlar cara a cara i t'explico el que penso... Una abraçada

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  3. Gràcies per la reflexió. En la mateixa línia proposo que tant els que volen la independència com els que no estiguem dos dies pensant en que ens s'han equivocat els que pensen com nosaltres i en que encerten els que pensen al revés.
    Els anomenats equidistants ens dedicarem a descansar, que falta ens fa.

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  4. Buen reflexión sobre la necesitad de llevar el "problema Catalan" a un terreno político de dialogo y negociación: para el dialogo es necesaria la empatia. La comparativa con Espana-EU es un poco forzosa, ya que la EU no es una entidad territorial, solo económica (libre comercio en un mercado único); el libre paso de personas (acuerdo de Schengen) no es estrictamente vinculante con ser o no de la EU. De aquí se entiende del porque el PP+PSOE han promovido un cambio de la constitución exprés para salvar los bancos: preservar el mercado único y el bienestar de las empresas es mas importante que los propios ciudadanos europeos/españoles. Es decir, la UE todavía no es un estado que tutele en primer lugar sus ciudadanos, sino meramente una entidad económica. Mira el recién ejemplo de lo refugiados (emigración en general): cuotas sin respectarse no llevan ninguna consecuencia legal o económica, mientras que abusos de competencia de Google implican multas de millonarias. La EU tiene que evolucionar o su declive esta' a la puerta. El caso de Catalunya es gasolina para los euro-escépticos ya que evidencia la falta de valores sociales que la EU reclama tener y que en realidad no tiene simplemente por el hecho de haberse quedado con los valores mas materiales del capitalismo. Tales valores nunca pueden llenar al ser humano: un hombre joven puede casarse con una señora alemana rica para mejorar su estatus, pero no tardara' mucho para buscar otras aventuras y divorciarse en el momento mas oportuno llevándose una parte de sus pertenencias. Las relaciones entre parejas/estados no pueden ser nunca solo económicas si quieren ser duraderas.

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    1. Gracias, Zivko, por darle una vuelta más con otros argumentos. Tienes razón en que la comparación no es exacta, aunque tampoco pretendía equipararlas totalmente, sino más bien aproximar una idea a otra, para que la primera sea accesible a quien sólo comprende la segunda y a la inversa. En cualquier caso, es verdad, la UE no es una entidad territorial. Pero, ¿qué unidad territorial eran el Reino de Castilla y el Reino de Aragón cuando unos señores decidieron que dos se tenían que casar para ser más ricos? ¿No hemos construido una unidad territorial sobre una conveniencia económica?

      ¿Quién nos dice que no acabará pasando lo mismo con la UE...? Por ahora no lo parece por lo que tú mismo cuentas: porque no compartimos nada más que un interés económico. En Europa hay muchísima más adrenalina y testosterona que oxitocina, y así nos está yendo. Pero, ¿en qué lugar y momento de la Historia dos entidades territoriales se han unido por puro amor, por la necesidad de compartir un futuro juntos? Y sin embargo, ahora se presentan como unidades territoriales indivisibles.

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